lunes, 4 de abril de 2011

A menudo los hijos se nos parecen así nos dan la primera satisfacción, esos que se menean con nuestros gestos echando mano a cuanto ahi a su alrededor, esos locos bajitos que reincorporan con los ojos abiertos de par en par sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que por su bien hay que domesticar.

Niño deja ya de molestar con la pelota.
Niño que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, nuestros rencores y nuestro porvenir, por eso nos parece que son de goma y que les basta nuestros cuentos para dormir. Nos empeñamos en dirigir sus vidas son saber el oficio ni tener vocación, les vamos transmitiendo nuestras frustraciones.

Niño deja ya de molestar con la pelota.
Niño que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca.

Nada ni nadie pueden impedir que sufran, que las agujas avancen en el reloj, que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós.

1 comentario:

  1. tu entrada me recordo a este twitt...
    Tengo 3 vidas: La mia, la que otros inventan y la que mis padres piensan que tengo. (@EsCosaDeJovenes)
    =D

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