jueves, 29 de julio de 2010

SIEMPRE ESTAMOS SOLOS

El amor es perdernos; estar solos, solos sin nosotros mismos; es robarnos al otro y protegernos la espalda para que no nos hagan lo mismo.


El amor es ser huésped en otro, servir de refugio a otro, es invasión de privacía; por eso la culpa, la vergüenza, el regocijo propio.



El amor es callar, es la palabra que grita el mudo en el oído del sordo, el paisaje que miran los ciegos, es la sombra que alumbra las sombras, la piedra empujando al viento, la fogata encendida en la corriente del río.



El amor es el sentido, no el sexto, ni el séptimo, es el sentido; el único, el más confuso, el más vivo.



El amor teje alas que se estrellan en los techos y se van, se van volando rotas. Es nada, el amor es nada, ni siquiera eso. Es nada.



El amor no completa, quita; por eso la búsqueda insaciable, la que no encuentra, por eso la necesidad, los celos, la rabia.


El amor es estarse acabando el uno al otro como se acaba el mar, por eso los besos contra la pared, por eso el llanto sin sal, sin agua, ese llanto seco que golpea en la garganta.



El amor es buscarnos donde nos abandonamos: en el otro. Por eso huimos, corremos, nos vamos como ciegos en medio de un desierto de gritos.


El amor es soledad. Ante todo es soledad, porque estamos sin nosotros mismos; es soledad poblada por voces ajenas, por secretos que no nos pertenecen.



¡Recoger ternura hasta que se nos
doblan las manos, eso es el amor!
¡No existe el amor,
por eso creemos en él!

No hay nada detrás del amor, por eso es inútil cavar con caricias en su cuerpo. No hay nada, sólo queda la mecedora del recuerdo y el olvido, los ojos abiertos de la viudez,un insomnio, un alma tuerta, un corazón cojo, y la búsqueda final por nuestra soledad, la otra, la que perdimos, la que ofrecimos por amor al otro,
la que regalamos, hasta que vuelve acompañada de ese llanto caudaloso, de agua, de sal, de hielo, de cascada libre; ese llanto que se hace en los que están acompañados de sí mismos, sin amor, sin el otro, ¡solos!

viernes, 23 de julio de 2010

TUMBA

Mientras algunos sufren el sol, otros la sombra, unos huyen a la ciudad, otros a la eremita; sus objetivos son tantos como los caminos que toman en la jornada de la vida; y esta tarea es la mía: Pintar los sombríos horrores de la tumba; el lugar designado para la cita, donde todos estos peregrinos se encuentran. ¡Tu socorro imploro, Rey Eterno! cuyo brazo fuerte sostiene las llaves del infierno y la muerte, de aquella cosa temible, La Tumba.

Los hombres tiemblan cuando Tú los convocas: La Naturaleza horrorizada se despoja de su firmeza ¡Ah, Cuán oscuros son tus extensos reinos, creciendo largo tiempo en deshechos pesarosos! Donde sólo reina el silencio y la noche, la oscura noche, oscura como lo era el caos antes de que el sol comenzara a rodar, o de que sus rayos intentaran azotar la penumbra de tu profundidad. La vela enferma, resplandeciendo tenuemente a través de las bajas y brumosas bóvedas, (Acariciando el lodo y la humedad mohosa) deja escapar un horror inabarcable, y sólo sirve para hacer tu noche más funesta. Bien te conozco en la forma del Tejo, ¡Árbol triste y maligno! Que adora habitar entre los cráneos y ataúdes, epitafios y gusanos: Donde rápidos fantasmas y sombras visionarias, bajo la pálida, fría luna (como es bien sabido) encapuchados realizan sus siniestras rondas, ¡Ninguna otra alegría tienes, árbol embotado!

Observad aquel santo templo, la piadosa labor de nombres una vez célebres, ahora dudosos u olvidados, enterrados en la ruina de las cosas que fueron; allí yace sepultado el muerto más ilustre. ¡Escuchad, el viento se alza! ¡Escuchad cómo aulla! Creo que nunca escuché un sonido tan triste: puertas que crujen, ventanas agitadas, y el pájaro hediondo de la noche, estafado en las espinas, gritando en los pasos sombríos su ronda negra y rígida, colgando con los fragmentos de escudos y armas andrajosas, enviando atrás sus sonidos, cargando el aire pesado de los nichos bajos, las mansiones de los muertos. Despertados de sus sueños, las duras y severas filas de espantosos espectros se movilizan, sonrisa horrible, obstinadamente malhumorados, pasan y vuelven a pasar, veloces como el paso de la noche. ¡Otra vez los chillidos del búho! ¡Canto sin gracia! No escucharé más, pues hace que la sangre fluya helada.

Alrededor del túmulo, una fila de venerables olmos enseñan un espectáculo desigual, azotados por los rudos vientos; algunos desgarran sus grietas, sus troncos añejos, otros pierden vigor en sus copas, tanto que ni dos cuervos pueden habitar el mismo árbol. Cosas extrañas, afirman los vecinos, han pasado aquí; gritos salvajes han brotado de las fosas huecas; los muertos han venido, han caminado por aquí; y la gran campana ha sonado: sorda, intacta. (Tales historias se aclaman en la vigilia, cuando se acerca la encantada hora de la noche).

A menudo, en la oscuridad, he visto en el camposanto, a través de la luz nocturna que se filtra por los árboles, al muchacho de la escuela, con sus libros en la mano, silbando fuerte para mantener el ánimo, apenas inclinándose sobre las largas piedras planas, (Con el musgo creciendo apretado, con ortigas bordadas) Que hablan de las virtudes de quien yace debajo. Repentinamente él comienza, y escucha, o cree que escucha; el sonido de algo murmurando en sus talones; rápido huye, sin atreverse a una mirada atrás, hasta que, sin aliento, alcanza a sus compañeros, que se reúnen para oír la maravillosa historia de aquella horrible aparición, alta y pavorosa, que camina en la quietud de la noche, o se alza sobre alguna nueva tumba abierta; y huye (¡cosa asombrosa!) Con la melodía evanescente del gallo.

También a la nueva viuda, oculto, he vislumbrado, ¡Triste visión! Moviéndose lenta sobre el postrado muerto: abatida, ella avanza enlutada en su pena negra, mientras mares de dolor borbotean de sus ojos, cayendo rápido por las mejillas frágiles, nutriendo la humilde tumba del hombre amado, mientras la atribulada memoria se atormenta, en bárbara sucesión, reuniendo las palabras, las frases suaves de sus horas más cálidas, tenaces en su recuerdo: Todavía, todavía ella piensa que lo ve, y en la indulgencia de un pensamiento cariñoso se aferra aún más al césped insensato, sin observar a los caminantes que por allí pasan.

¡Tumba injusta! ¿Cómo puedes separar, desgarrar a quienes se han amado, a quienes el amor hizo uno? Un lazo más obstinado que las cadenas de la Naturaleza. ¡Amistad! el cemento misterioso del alma, endulzador de la vida, unificador de la sociedad, grande es mi deuda. Tu me has otorgado mucho más de lo que puedo pagar.
A menudo he transitado los trabajos del amor, y los cálidos esfuerzos de un corazón apacible, ansioso por complacer. ¡Oh, cuándo mi amigo y yo, sobre alguna gruesa madera vaguemos desatentos, ocultos al ojo vulgar, sentados sobre el banco inclinado cubierto de prímulas, dónde la corriente límpida corre a lo largo de aquella grata marea bajo los árboles, susurrando suave, se oye la voz aguda del tordo, reparando su canción de amor; el delicado mirlo endulza su flauta, ablandando cada nota: El escaramujo olía más dulce, y la rosa
asumía un tinte más profundo; mientras cada flor competía con su vecina por la lujuria de sus ropas; ¡Ah, entonces el día más largo del verano parece demasiado apresurado, y todavía el corazón pleno no había impartido su mitad: era aquella una felicidad demasiado exquisita como para perdurar! ¡De las alegrías perdidas, aquellas que no volverán, cuán doloroso es su recuerdo!

jueves, 22 de julio de 2010

TIERRA DE SUEÑOS


Dónde los ríos sin sol lloran, derramando en el abismo sus olas, ella duerme un sueño encantado del que no despertará. Guiada por una estrella errante, ella llegó de lejanos lugares, buscando sus placeres donde las sombras yacen.


Ella dejó la rosada mañana, ella dejó los campos de maíz por el frío crepúsculo y los lánguidos manantiales. A través del sueño, como un velo, ella observa el pálido cielo, escuchando el canto aéreo del triste ruiseñor.



Descanso, descanso, un perfecto descanso cubre su frente y sus senos, su rostro se vuelve al oeste, hacia la Tierra Púrpura. Ella no puede ver el grano, madurando en la colina y el llano, ella no puede sentir a la lluvia caer sobre su frágil mano. Descansa, descansa por siempre en las exuberantes orillas descansa hasta que el corazón calle, hasta que el núcleo del tiempo muera.


Duerme un sueño que el dolor no puede perturbar, la noche no será quebrada por la mañana, hasta que la alegría se apodere de su perfecta paz.

MI VENGANZA PARA TI

El amor es de dos ¿Y por que te marchaste? Que hago aquí sentado llorando si ya paso y nada hará que regreses.

Mi venganza para ti : Ser mejor persona sin decírtelo, sin hablar, sin odiarte, sin meterme en tu vida y sin pensar en ti. Solo para que sientas que ya me da igual y que yo aun sigo de pie y lo que perdiste, no fue una persona si no un ángel, que lo has dejado ir y lo veras en los cielos volando sin poder tocarlo.

Tan alto me veras en los cielos, que cuando te des cuenta de que yo existo de nuevo sera demasiado tarde…

Mi venganza para ti, ¡seré yo! El ángel que dejaste volar.

Sin Ilusiones... En Soledad

Gota imprudente que cae al piso al ver, nuevamente en soledad esta piel que pintaste con flores. Juntando ausencias de caricias, eclipsando retinas para olvidar, espectros aparecen ahuyentando las ultimas ilusiones de ser amada.

Nada hace pensar en que amanecerá al romperse en trozos los espejos y en cada uno se refleja una sola imagen... la mía en soledad.

En un ultimátum que la vida imparte, no hay nada que pueda esperar.

martes, 20 de julio de 2010

HACE FRIÓ

En la inmensa oscuridad de este parque, que en solitaria banca me sorprende, tan solo el gelido ambiente y tus recuerdos me acompañan. Es tan triste y vacía esta noche, que solo el tibio fulgor de la Luna, aspira a darme luz y consuelo en este nublado cielo.

Con inusitada saña cae la nieve, y en su blanco manto, el que cubre toda huella de mis pasos, como alentándome al olvido. Temerosas loas pocas aves en su presuroso vuelo regresan a sus nidos, como a ti vuelan mis recuerdos, buscándote.

La eterna tristeza que me invade, es mi compañía y vieja amiga, solo tu recuerdo y abandono prevalece, hundiéndome mas. Como en involuntaria llovizna brotan lagrimas de mis ojos que ya no pueden salir y solo se asoman temblorosas, en hielo convertidas.

En mi rostro, es un gélido viento que llega es afilado y cortante, no hay canto en el ya no lo siento, ni me importa, solo se lleva en su viaje el mensaje de mi triste lamento. Así como las hojas que alentadas por el viento sin dueño son, así es mi mirada en tu búsqueda perdida.

De nuevo siento el frió, así como fría es tu ausencia cala hondo y... profundo recordándome como es no sentir tu parecencia. Entre sueños y conciencia, aun te pido vuelve, regresa ya. Ya no quiero sentir mas de esta espesa e irrespirable niebla, llena de angustia y duda que nubla toda mi vida, como en esta oscura noche tan sola y... FRÍA.

TIEMPO

Fue un instante, un segundo...

Sentí como mi alma se evaporaba hacia otro destino, donde ya sus ojos no estaban.
Mi piel sintió el perfume de su eterna ausencia y mi boca pronunció su nombre por última vez.

No me reconocí al saberme vencida, no era yo aquella mujer que peleaba sin tregua y esperaba su llegada cada tarde...

Pero ya no siento fuerzas.

El día que mis ojos descubrieron el sonido incomparable de su mirada, bien sabía yo que con este amor llegaría el dolor, y sin importarme mas nada, seguí sus pasos, y llegué a sitios donde jamás imaginé estar.

No hubo nadie que me aliente para seguir adelante...

Nunca nadie creyó que mi felicidad, solo crecía cada vez que escuchaba mi nombre saliendo, como lejana esperanza, de sus labios.

Quizás él tampoco confió en mi alegría... quizás nunca supo, que yo reiría eternamente si me miraba... solo si me miraba.

Otra vez recuerdo cada sensación que sus manos despertaron en mi sangre, y nuevamente llega aquella canción desde lejos y dejando la misma nostalgia de un final de una película de amor.

Mis pasos se apresuraban cada tarde para verlo sonreír... y mi alma siempre llegaba cuatro segundos antes... lo que yo nunca supe, es que mi alma se quedó a vivir en él.
Lo escuchaba atentamente durante horas, estudiando cada palabra y creciendo despacio a su lado.

Su preocupación por mostrarme la mejor manera de vivir, era
sorprendente...

Y sus largos enojos cuando veía mis desvíos, hoy los recuerdo
como su mágica manera de quererme.

Siempre pensé, si en mi vida estaba escrito encontrarlo, o fui yo simplemente que quise cambiar el destino. Pero estoy segura, que lo volvería a repetir.

Sé que dejándolo, le demuestro mi amor infinito... sé que despedirme, es poder volver a encontrarlo alguna vez.

Ahora solo debo mirarlo... y con las mismas fuerzas con las que luchaba por tener su amor... con esa misma furia con la que defendía mis sentimientos...
Con las mismas palabras con las que llegué...

Ahora solo debo mirarlo... y regalarle mi Adiós.

lunes, 19 de julio de 2010

ARREPENTIMIENTO SUBITO

Maldito el pasado que atormenta mi vida día con día, que acabo nunca podre ser feliz, gracias a ti no puedo no puedo seguir fingiendo que soy feliz gracias a tus mentiras y descuidos me ha costado casi la vida... solo te quejas de mi solo me dices lo que después quieres escucharme lastimas con tus desplantes haces que mi corazón deje de latir y se vuelva un insoportable.

Deja de jugar con lo q quieres si es lo q en realidad quieres.. pues conmigo no cuentes..desamasada confusión, demasiado dolor para estar con una persona atada por siempre.. Dudas de mi sin piedad alguna, dices serré mi vida dices ser mi todo pero en realidad veo en ti que eres mi nada.. no me haces gran falta en realidad... no me haces sentir como yo quisiera.


Me decepcionas sin pensar que algún día podaras arrepentirte de lo que me has hecho pasar me debes aun... me debes casi tu vida... pero yo no soy como tu... yo no te exijo nada..haces de tu vida una felicidad por completo y haces de mi vida un infierno que parece nunca tener un final.


Mirarme a los ojos y dime que me odias que no sientes nada por me que me quieres lejos de ti.. que jamas seré tuya, que nunca fui lo que algún día dijiste seria para ti. Despedaza este corazón matarme de una buena vez de todos modos mi vida ha tremiendo mi destino me ha reclamando mi pasado me ha tragado hoy la mujer mas infeliz del mundo habla... y calla para siempre.......

DESEOS


Yo quisiera salvar esa que nos divide, y embriagarme de amor con la fragancia
mística y pdistancia ese abismo fatal ura que tu ser despide.



Yo quisiera ser uno de los lazos con que decoras tus radiantes sienes; yo quisiera en el cielo de tus brazos beber la gloria que en los labios tienes.



Yo quisiera ser agua y que en mis olas, que en mis olas vinieras a bañarte, para poder, como lo sueño a solas, ¡a un mismo tiempo por doquier besarte!



¡Oh, yo quisiera mucho más! ¡Quisiera llevarte en mí como la nube al fuego, mas no como la nube en su carrera para estallar y separarse luego!



Yo quisiera en mí mismo confundirte, confundirte en mí mismo y entrañarte; yo quisiera en perfume convertirte, ¡convertirte en perfume y aspirarte!



¡Aspirarte en un soplo como esencia, y unir a mis latidos tus latidos, y unir a mi existencia tu existencia, y unir a mis sentidos tus sentidos!



Aspirarte, amor... De ti llamarme, y en ciego, y sordo, y mudo constituirme, y en ciego, y sordo, y mudo consagrarme al deleite supremo de sentirte ¡y a la dicha suprema de adorarte!

viernes, 9 de julio de 2010

JUNTO A LA PUERTA


Quién nos dijo mientras nos desperezábamos al mundo que alguna vez hallaríamos cobijo en este desierto.


Quién nos hizo creer, confiar, -peor: esperar-, que tras la puerta, bajo la taza, en aquel cajón, tras la palabra,
en aquella piel, nuestra herida sería curada.


Quién escarbó en nuestros corazones y más tarde no supo qué plantar y nos dejó este hoyo sin semilla donde no cabe más que la esperanza.


Quién se acercó después y nos dijo bajito, en un instante de avaricia, que no había rincón donde esperar.



Quién fue tan impiadoso, quién, que nos abrió este reino sin tazas, sin puertas ni horas mansas, sin treguas, sin palabras con que fraguar el mundo. Está bien, no lloremos más, la tarde aún cae despacio. Demos el último paseo de esta desdichada esperanza.

ROMANCE


Mi soledad sin descanso! Ojos chicos de mi cuerpo y grandes de mi caballo, no se cierran por la noche ni miran al otro lado, donde se aleja tranquilo un sueño de trece barcos. Sino que, limpios y duros escuderos desvelados, mis ojos miran un norte de metales y peñascos, donde mi cuerpo sin venas consulta naipes helados.


Los densos bueyes del agua embisten a los muchachos que se bañan en las lunas de sus cuernos ondulados. Y los martillos cantaban sobre los yunques sonámbulos, el insomnio del jinete y el insomnio del caballo.



El veinticinco de junio le dijeron a el Amargo:


Ya puedes cortar si gustas las adelfas de tu patio. Pinta una cruz en la puerta y pon tu nombre debajo,
porque cicutas y ortigas nacerán en tu costado, y agujas de cal mojada te morderán los zapatos.

Será de noche, en lo oscuro, por los montes imantados, donde los bueyes del agua beben los juncos soñando. Pide luces y campanas. Aprende a cruzar las manos, y gusta los aires fríos de metales y peñascos. Porque dentro de dos meses
yacerás amortajado.

Espadón de nebulosa mueve en el aire Santiago. Grave silencio, de espalda, manaba el cielo combado.

El veinticinco de junio abrió sus ojos Amargo, y el veinticinco de agosto se tendió para cerrarlos. Hombres bajaban la calle para ver al emplazado, que fijaba sobre el muro su soledad con descanso. Y la sábana impecable, de duro acento romano, daba equilibrio a la muerte con las rectas de sus paños.