martes, 7 de septiembre de 2010

ÁRBOL DE LUZ

A esta hora en que todos duermen en que nada se oye rebozante de ti danza la noche. El deseo deslíe las entrañas desandando del otoño promesas que bostezan.

La piel juega a la noche hospedando astros rojos de destronados ecos y no logra olvidarte.

Cómo hiere las manos palpar en las mortajas...
Cómo duele allá adentro abstenerse del aire que segundo a segundo la sangre solicita...

Sigue tus pasos ...vestido de ti alojada en tu cuerpo tu imagen así se ata como abeja al panal o araña a su telar... En el río Amazonas te invita a nadar y te enseña el secreto del dominio del agua: déjate ll
evar por su corriente cara al cielo. Aliméntate de vida boca arriba bebe la semilla del viento y olvida tus umbrales.

Con la fuerza del trueno desaloja tus miedos y entrégate a las aguas que palmo a palmo lamen tus carnes maceradas. Flota en sus recodos y reposa mientras velan tu sueño como a un dios olvidado. Como fugaz estrella con el río se van lejos... ella intenta despedirse y tú invocas el miedo de perderte en el mar y gritas que no sabes nadar... ella te salva a leguas de distancia del punto original.

Contigo en tierra por la orilla del río el sendero es fácil y corto el rec
orrido. Mas llega el día, noche más noche que todas las noches juntas... no estás... no hay río... sólo queda tu voz dulce al pronunciar su nombre y
persigue las sombras maldiciendo la mano que acaricia tu frente y esa cómoda tumba donde día a día mueres ese profundo abismo donde tú la sepultas...

Abre sus manos y salta amor intacto las fuerzas contenidas en su casa cerrada bullen sin encontrar salida. Su corazón estalla relumbroso de fuego ¡tantos deseos rojos que sólo es llama viva! Y se quema en sus ansias su ser es una estrella de puntas infinitas y fosforecen todas las costuras del alma. Se estremece su
piel se iluminan sus nervios y su cuerpo relumbra como un árbol de luz.

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