El vino le habla al fuego, tu perro te mira escribir y presiente las nubes que lo distraen en el jardín. El sonido de una nube es como una campanada de agua. Nadie sabe por qué la puerta sigue cerrada, y los pájaros no han vuelto a suceder. Sólo hay una ventana, y desde ahí se ve a una mujer con su deslumbrante cabellera trotando sobre un caballo blanco.
Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazon del que amamos.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
LA VELA DEL CUERVO
Nadie sabe por qué la ciudad esconde el lenguaje oscuro de las aves y los muertos. El cuervo permanece callado, no quiere abrir la bisagra y dejar salir su luz por la rendija de una bocacalle. Más allá del sueño de los cipreses está la sombra de una manzana verde, la puerta que nos lleva a la felicidad. Dicen que la soledad nos llega con la lluvia, y que la arena de las playas sube como un viejo reloj hacia las torres derrumbadas.
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