Sabes en esta excurción a la muerte que es la vida, me siento bien acompañada, me siento casi con respuestas cuando puedo imaginar que allá lejos, quizás creas en mi credo antes de dormirte, o te cruces conmigo en los pasillos del sueño.
Esta demás decirte que a esta altura no creo en predicadores ni en generales, ni en el arrepentimiento de los verdugos, ni en el catecismo del confort, a esta altura del partido solo creo en los ojos y en las manos del pueblo en general y en tus ojos y tus manos en particular.
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