jueves, 16 de diciembre de 2010

SUICIDIO

Pienso en la fecha de mi suicidio y creo que fue en el vientre de mi madre; aun asi, hubo dias en que Dios me caia igual que una gota clara entre las manos.

Porque yo estuve loca por Dios, anduve trastornada por el, arrojando el anzuelo de mi lengua para alcanzar su oido. Su fragancia penetraba en mi piel palabras que no alcanzo a entender, que no voy a entenderlas, quiza... Aprendi muy tarde a conocer varon, lo senti dilatarse con toda su soledad dentro de mi.

Fue una jegada turbia, un error sin caminos.

Fue descender al nucleo fugaz de la mentira y encontrarme, al despertar, rodeada en el vacio bajo una sabana de espanto.

Fue lavarle la boca a una niña con un puño de brasas por llamar natural lo prohibido; por arrastrar con cara de mujer madura, ese carro del sol inutil: la inocencia.

Fue arrancarle las uñas de raiz, arrastrarte, meterte en la oquedad de la miseria, a bofetadas por el ojo hecho llama sombria, del demonio.

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