Cuando haya muerto, amado,triste canción no cantes, ciprés sombrío ni frescas flores sobre mi tumba derrames.
Cúbreme verde hierbade lluvia humedecida, y si quieres, recuerda, y si quieres, olvida.
Ya no he de ver la penumbra, ni el rocío sentir, ni el canto -triste como un lamento- del ruiseñor oír.
Soñando en un crepúsculo, ni alba ni atardecer, puede ser que recuerde, que olvide puede ser.
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