Estoy frente a mi espejo, curiosamente, me pregunto, ¿Quién eres? ¿Eres el deseo de ser de otra persona?
La respuesta, la sé, no duele, no hay miedo. Soy todo y nada, soy poco y mucho.
Pasaron los años,encuentros y desencuentros, trenes perdidos, un billete sin destino, una estación solitaria.
Pasa mi vida, las cartas en mi contra, obligada a jugar la partida. De nuevo frente a mi espejo,el reflejo es distinto, no hay distorsión, no hay dudas. Elijo mi destino. Viajo en el vagón de mi vida, decido quien entra, quien sale. Esta vez, yo reparto las cartas.
Una nueva parada, se respira paz, escucho reír.
Un espejo, se vislumbra un rostro, parece que ríe, se ilumina, me resulta familiar......
¿Y a ti...?
Este poema está dedicado a todas aquellas personas, que como yo, se han sentido, o se sienten fuera de lugar, incomprendidos.
El camino es difícil, pero de repente un día, tu espejo solo te reflejará a ti, y te gustará, te sentirás feliz. No habrá nadie que tu no quieres que haya.
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